Hoy vino Dani y siempre terminamos escuchando canciones de dos tipos: melocolicas al borde del suicidio o absurdas y fresas (tipo la casa azul). Escuchar esta canción y ver esta escena de Farinelli me pone lo pelos de punta. Sobre todo si estás de bajon, creo que no hay nada que acompañe mejor mi estado anímico que esta canción dulce y gélida a la vez, me atraviesa... me siento afortunada de poder disfrutar de estos pequeños pero gratificantes placeres.
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