Es muy triste por los que se van pero sobre todo por los que se quedan. Cuando trato de ponerme en el lugar de todas las personas que han perdido un ser querido en aquel avión me da mucho miedo y no puedo continuar.
Esas situaciones que a veces llamamos casualidades y otras destino es algo que definitivamente me daría muchas vueltas en la cabeza: por qué cogió ese vuelo, por qué ese día? Por qué a esa hora? Por qué ese asiento? Por qué no está entre los que sobrevivieron? y mil por qués que no tienen sentido ni respuesta. La estadística y probabilidades ayudan pero en otras ocasiones no sirven de nada, obviamente si estoy en un barrio de alta criminalidad un sábado a las 4 am. pues tal vez me pase algo malo, pero no es determinante. No hace falta que cuidemos tanto a nuestros hermanos, padres, hijos, amigos porque podemos perderlos de la forma mas absurda e injustificada, no nos dejemos la vida preocupados por la vidas de otros. Vivamos nuestra vida a tope, tratemos de tener breves (o más si eres afortunad@) instantes de felicidad, estemos en paz y en armonía con el resto del mundo porque no sabemos cuando lo dejaremos y no sabemos cuando veremos por última vez a la gente que queremos, y si realmente los queremos el resto sobra, solucionemos posibles conflictos que pueden llevarnos a una vida de frustración y remordimiento y tratemos de ser y hacer felices a las personas que nos rodean.
Tenemos todos por aquí el alma herida… que no sea en vano.
Miss Compulsiva
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